La vida puede ser maravillosa

Me saldré un poco del guión habitual de este blog para hablar de un personaje muy querido entre los amantes del baloncesto. Esta mañana me he enterado en la SER que el domingo 16 de octubre se cumplirán dos años del fallecimiento de Andrés Montes. Un tío heterodoxo como pocos, polémico y mítico, inventor de frases únicas como "La vida puede ser maravillosa", el "Ra-tata-tata-tata-tata", "JUGÓN", el "tiqui taca", "Donde están las llaves, Salinas", "¡Fútbol, pasión de multitudes!", "¿Qué me cuentas capitán Narváez?", "¡Que vienen los sioux!", "¡Wilma, ábreme la puerta!", canturrear "Popopo Pom Pom..." en las partes aburridas de un partido, gritar "Good Morning Vietnam, Daimiel" o ése absurdo pero ocurrente "Futbol con Fatatas", entre muchas otras. Le encantaba también poner motes a los deportistas, como por ejemplo "Consejo de administración de Gepeto Brothers", "Tiburón" Puyol, "Aerolíneas" Jordan, "Qué webos tienes" Felipe Reyes, "ET" Gasol... y mil ejemplos más. Era un narrador deportivo muy irreverente,  un enterteiner de los buenos, con muchos detractores y aún más seguidores, porque su estilo, igual que su físico o su forma de vestir, eran únicos. 

No fue santo de mi devoción, pero es obvio que Andrés Montes ha tenido una importancia fundamental en la difusión del baloncesto y de la NBA, en ésas retransmisiones que compartía con alguien tan distinto a él como Antoni Daimiel, un sabio en su especie, serio y media naranja de una de las parejas de retransmisiones deportivas más interesantes. Me gusta mucho que haya existido alguien como Montes, un hombre atrevido, improvisador nato y nada cohibido por el elemento religioso y talibán del fútbol. Allí donde esté, un saludo crack. Siempre has sido un "Jugón!!!".

Andrés Montes, 1955-2009.