diumenge, 25 de setembre del 2011

Liga de dos, nada nuevo

Ayer el Barça pasó sobre el Atlético como una apisonadora. 
Ayer bromeaba con un compañero de la radio, afirmando que le ibamos a meter 5 al Atlético. Era un simple vacile, una coña habitual para picar al adversario, pero casualidades de la vida, el vacile se hizo realidad. 5-0 en una temporada que ha empezado a tope para Barça y Real Madrid, con goleadas de escándalo y acusaciones de liga bipartita. En realidad, como decía ayer Jordi Martí en Carrusel Deportivo, la liga española ha sido siempre una liga bipartita entre Barça y Real Madrid, con algunas excepciones para Atlético, Valencia, Deportivo, Real Sociedad o Athletic. La riqueza de la Liga Española ha sido siempre la gran rivalidad entre Barcelona y Madrid, con permiso del resto. Catalanes y madrileños han dado nombre al campeonato con Champions Leagues, con grandes jugadores y, en ocasiones, un gran juego desplegado. Por lo tanto, sí, esta es una liga bipartita, pero no ahora, sino desde hace ya décadas.

Por otra parte, ayer en el Barça se tomaron 3 decisiones de calado en la siempre polémica Asamblea de compromisarios. Digo siempre polémica no porque se produzcan sorpresas (ya que las directivas suelen siempre aprobar las propuestas que presentan), sino porque esa falta de sorpresa causa habitualmente sospechas de corrupción y manipulación. En el caso de este año, se ha aprobado el acuerdo de publicidad en la camiseta con Qatar Foundation (de la que se ha hablado mucho por su falta de valores democráticos), que aportará cerca de 30 millones de euros al año al Barça. También se aprobó la iniciativa del "Camp Nou sin humo", en el que se prohibirá fumar a los socios en el campo, lo cual me parece bien, aunque posiblemente disguste a los habituales fumadores de puros que tanto disfrutan del fútbol del Barça. 

Esta grada debe permanecer libre de violentos.
Pero lo que más me disgustó de ayer fue la aprobación de la nueva grada joven, que provocará que muchos socios tengan que cambiar su localidad para que un grupo de delincuentes (Boixos Nois i casuals) tengan un espacio en la grada que jamás deberían recuperar. No soy un gran fan de Joan Laporta, pero uno de sus mayores logros fue echar a los violentos del Camp Nou y eso es algo que Rosell debería mantener. Hacer lo contrario es un error de una magnitud incalculable. 

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