dimecres, 17 d’agost del 2011

Supercampeones

Antes que nada, aviso: no voy a gastar ni una sola línea en hablar del entrenador del Madrid. Las imágenes valen más que mil palabras. 


Dicho esto, hace ilusión ganarle al Real Madrid "aunque sea a las chapas", como dicen aquí en Madrid. Futbolísticamente el Barça ha sido mejor que en el partido de ida, ha sido más lo que lleva siendo los últimos años: Un juego maravilloso de toque y anulación del rival con clase futbolística, no con patadas. Me ha gustado que este Barça, que lleva apenas una semana y pocos días entrenando, haya sido capaz de ganarle a un Real Madrid que lleva un mes preparándose para este partido. La frustración y la desesperación de los blancos debe estar llegando a cotas insospechadas. 

Pero eso no es excusa para que este equipo que tanto presume de señorío se dedique a dar patadas como un equipo de 3ª regional, da un poco de vergüenza ajena. No sólo eso, sino que jugadores que, en teoría, tienen cabeza y son inteligentes como Casillas digan en TVE que Cesc "se ha tirado" con la entrada de Marcelo es algo que no tiene nombre. No porque lo hayan dicho, sino porque realmente se lo creen. Igual de feo y poco señor es que el Madrid no se haya quedado en el campo para la entrega de la copa, como sí se quedó el Barça y se quedan todos los equipos cuando pierden una final. De nuevo, poco señor. Hay dos culpables de todo esto, pero no hace falta señalarlos. Ya lo harán el Marca o el As cuando se les acabe la paciencia con todo este asunto. En fin, tampoco es plan de cebarse con el equipo perdedor. El Barça ha jugado bien a pesar de estar al 30% físicamente y le ha bastado para ganar, de nuevo, al Madrid, que es lo que importa. También ha sido importante el debut de Cesc en el Camp Nou, que le ha recibido con mucho cariño y él ha contestado jugando como sabe y acoplándose al equipo perfectamente, como si nunca se hubiese ido. Ya sólo falta decir eso de FELICITATS CAMPIONS!! MOC MOC!! 

Cesc, Puyol y Piqué, celebrando la victoria. Moc moc!!! (nótese la pierna sangrante de Cesc, por cierto).

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